La Economía Social y Solidaria, sus claves.
La economía actual se la puede identificar como
una economía mixta, donde se combinan un
sector de economía
empresarial capitalista, orientado
por un fuerte sentido de acumulación, un
sector de economía pública, que combina un mix de variable: la acumulación de poder
político, la gobernabilidad, el
bien común; y
un sector de
economía popular cuyo
sentido es la
reproducción ampliada de
la vida de individuos, grupos
y comunidades.
Esta última variante del sector de la economía está
creciendo en los últimos años como un proceso para aglutinar a un sector que no
encontraba su lugar, de manera se está gestando el
concepto y un conjunto de prácticas que se denomina Economía Social y Solidaria
(ESS).
Los fundamentos en los que se plasma esta economía,
que se hace visible como un movimiento con una gran orientación social, son la
cooperación, la innovación, la proximidad, la sostenibilidad, la comunidad, la
solidaridad, la producción, el consumo responsable, entre otros.
Múltiples son las formas de organización que va
tomando la ESS: emprendimientos familiares, comunitarios, libremente asociados,
cooperativos, asociaciones, redes de ayuda mutua, de comercialización o
abastecimiento conjunto, las monedas sociales,
las redes de comercio justo, las
finanzas solidarias, los procesos de recuperación de recursos de
las empresas privadas y diferentes tipos de movimientos o acciones colectivas
que procuran transformar la economía con valores y sentidos enumerados anteriormente.
La mayoría de estas formas de organización o prácticas
en las que se sustenta el conocimiento de la ESS, se puede identificar que
tienen una gran característica en común, la de un fuerte componente de conocimientos endógenos, la endogeneidad. Es decir, que
se inician en las bases de una comunidad logrando un gran contenido local.
Se debe leer como un resurgimiento de viejas y
tradicionales formas colectivas de gestionar recursos, bienes y subsistencia,
con nuevas formas de cooperación y de creación colectiva de valor apoyadas en
el gran cambio tecnológico y globalizador que se vivió en los últimos años, que
las opciones mercantiles o estatales no pudieron absorber.
Cuando hablamos de ESS, repetimos varias veces
conceptos como cooperación, solidaridad, colectivo, redes, etc. Son conceptos
que se identifican en las prácticas y formes de la ESS, que llegan a formar la metodología
por la que deben guiarse las mismas.
El trabajo en red es la forma predominante de
trabajo en la ESS tanto en el interior de las organizaciones, así como en las
relaciones y la cooperación entre ellas, con un carácter horizontal y descentralizado
busca generar la complementariedad de las mismas, manteniendo la mayor autonomía
posible sustentando la red en la participación activa como nexo de unión.
Esta manera de trabajar requiere de compromiso
con objetivos comunes, claros y precisos, donde se construya y gestione
conocimiento colectivamente, aprendiendo de la propia experiencia y de la de
los otros. La organización de la red no es una finalidad, es el medio al
servicio de los objetivos, es la comunicación y cooperación para la acción,
para hacer cosas. Va a ser clave para el proceso de consolidación de la ESS,
porque como dijimos anteriormente se tratan de iniciativas locales que para
progresar deben generar una sinergia con instituciones y colectivos a fines
para poder crecer.
También dijimos anteriormente que se construye
y gestiona conocimiento colectivo, es decir se aprende de la misma manera. Este
es un aprendizaje social en el que las personas y/o organizaciones se ven
obligadas a adaptarse a nuevas capacidades, procesos y a actualizar los
conocimientos periódicamente, ser permanentes, compartir y desarrollar
conocimientos.
En el aprendizaje colectivo se debe generar
motivación.Se puede dar
mediante formación en redes, formación en equipo o formación de comunidades.
Donde el principal objetivo es reunirse y debatir de manera colectiva las prácticas
comunes, para mejorar el propio trabajo.
Lo explicado anteriormente es llevado adelante
por las personas y comunidades que son actores principales de estas
iniciativas, todo esto debe estar acompañado de una debida planificación y la
misma por los valores de la ESS no puede
dejar de ser participativa.
Entonces la planificación participativa es la herramienta que va a permitir
a las comunidades y personas conocer desde diferentes puntos de vistas su
realidad y les permitirá actuar sobre ella. Este proceso es continuo; de
diagnóstico, programación, ejecución y evaluación, no de especialistas o expertos, sino de
las comunidades y las personas que ven sus problemas y los describen entre
todos los miembros de la comunidad como (diagnostico participativo), se
organizan y planifican las actividades o acciones para resolver los problemas y
lograr los objetivos, después se diseñan los mecanismo para supervisar su
ejecución.
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