Que a las propuestas no se las lleve el viento.
La participación ciudadana acompañó cada elección del 2015
con números envidiables para otras democracias del mundo, 74% en
las PASO, 80% en la primera vuelta y un 81% aproximadamente en el
ballotage del domingo (sin contar las elecciones provinciales). Por lo que
estamos en condiciones de preguntarnos ¿Qué nos deja este prolongado
año electivo? ¿Votamos/ militamos por un salvador o vivimos en tiempos de
mayor compromiso ciudadano?
Nos podemos responder que si la sociedad busco un salvador seguiremos en una
democracia delegativa, que según O’Donell se basa en la premisa de quien sea
que gane una elección presidencial tendrá el derecho a gobernar como considere
apropiado, restringido sólo por la dura realidad de las relaciones de poder
existentes y por un período en funciones limitado constitucionalmente. Solo
limitado por una rendición de cuentas de tipo vertical.
O por otro lado podemos verlo como tiempos de un mayor compromiso ciudadano
donde la democracia se institucionalice, donde la rendición de cuentas vertical
como horizontal toman una importancia mayor, consolidando una democracia más
liberal y republicana.
En las elecciones que pasaron vimos por primera vez en la argentina,
un debate presidencial. El primero antes de las generales
con un promedio de rating de 9.1, mientras que el segundo previo al
ballotage tuvo un promedio de 51.1, siendo uno de los eventos más vistos en la
televisión argentina de los últimos diez años, solo superado por la final
del Mundial Brasil 2014 (55 puntos de rating).
Año en el cual muchos ciudadanos independientes izaron las banderas de
un candidato, se pusieron la camiseta y caminaron las calles buscando poner al
nuevo gobierno, cumplido el objetivo, dejar esa militancia política y pasar a
ser convertirse en una audiencia pasiva hasta dentro de un par de años.
En las reuniones políticas, redes sociales y medios de comunicación se
escucharon peleas, discusiones, expresiones demagogicas, y sobre todo promesas, muchas
promesas de los candidatos. Como la mayoría de la gente deja de lado ese compromiso militante, también se olvida de lo que hizo y prometió cada candidato. Pero en
estos años es donde se tiene que incrementar esa militancia desde el control
social.
Cuando hablamos de control social, nos referimos a una expresión de la
participación ciudadana que exige una relación ostensible con el Estado y
constituye una forma de participación expresada como crítica y vigilancia sobre
lo público.
La participación contribuye a perfeccionar la representación ya que permite
influir en las decisiones, constituyéndose en una “escuela de ciudadanía”. A su
vez, eleva la calidad de la administración pública en la medida en que se
controla la corrupción y se va ganando eficiencia, configurándose además de un
derecho en un deber ciudadano.
En el control social siempre se ejerció (marchas, protestas, activismo,etc)
pero gracias a las nuevas tecnologías es mas sencillo el acceso a la
información, los políticos ya no pueden dar la espalda a la comunicación con
sus votantes ni ocultar la información que da lugar a sus decisiones.
Gutierrez-Rubi en su libro “La Política
Vigilada”, nos habla que “la política está
cada vez más vigilada por los ciudadanos; estos quieren poder decidir, o tener
la posibilidad de hacerlo. Se multiplican las aplicaciones y plataformas que
fiscalizan y monitorean las actividades de los gobernantes, y algunas que
permiten participar en política o tomar decisiones juntos”.
Maneras de hacerlo hay varias pero se necesita de la participación
ciudadana y el compromiso de los partidos y sus candidatos. La iniciativa que
lleva adelante Chequeado es una de las iniciativas más innovadoras en la
Argentina y su trabajo genero en estas elecciones un nivel de debate mucho más
completo.
En Chile, esta el caso de “del dicho al hecho”, iniciativa de la Fundación Ciudadano
Inteligente que fiscaliza el cumplimiento de las promesas del programa de
gobierno. Estos tipos de proyectos devuelven el poder a la ciudadanía de
controlar a los gobernantes y al ser basado en un software abierto genera que
pueda ser reutilizado en otros países, por ejemplo el caso de la Junta de
Extremadura impulsado por el mismo gobierno y el caso de Uruguay impulsado
por UYCheck (el "Chequeados" versión uruguaya).
A nivel local también se pueden encontrar otros casos como el Plan de
Metas de la Red Argentina por Ciudades Justas, Democráticas y Sustentables
mediante el cual buscan apoyar los procesos de diseño y comunicación de los
Planes de Metas por parte de los gobiernos locales para que la sociedad pueda
conocer y monitorear dicho plan.
Esta iniciativa esta replicada en cerca de 31 ciudades brasileñas, donde “De Olho Nas
Metas” ha mostrado ser un éxito con una alta participación en su plataforma que
apunta a ayudar a los ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil a
acompañar y monitorear el cumplimiento de los proyectos de la Intendencia de
San Pablo (Brasil).
Estas practicas participativas, innovadores y
horizontales enriquecen el debate, alzan la vara a nuestros dirigentes
demostrando que hay una ciudadanía que quiere ejercer el control del poder
delegado, retomando los valores republicanos de participación ciudadana,
valores cívicos y oposición a la corrupción.
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